
La propagación de la enfermedad causada por el COVID-19 ha hecho caer en picada a los mercados financieros a pesar de algunas de las mayores medidas de estímulo de emergencia desde la crisis financiera mundial anunciadas por docenas de bancos centrales en Europa, América, Asia y Australia.
El pánico fue evidente en los precios de las acciones, los bonos, el oro y las materias primas, lo que acentuó las especulaciones sobre los graves daños económicos causados por el brote.