
Todos los presidentes de Estados Unidos son analizados en detalle por la comunidad financiera en busca de pistas sobre qué significará su política para los mercados. Pero el estilo de oratoria de Trump, que suele usar frases incompletas que dejan lugar para la interpretación, junto con vagas o contradictorias promesas de campaña, le convierte en el más complicado de descifrar.