
El Norte y el Sur se fundieron en una nación de 95 millones de habitantes, y a mediados de la década de 1980 el país se volcó al comercio global, iniciando su ascenso como centro fabril para la surcoreana Samsung y otros gigantes del sector industrial. Las reformas “Doi Moi” (“renovación”) emprendidas por el gobierno comunista siguiendo en gran medida la conversión de China en la planta fabril del mundo podrían servir de modelo para Kim.