WASHINGTON (AP) — Compañías y clientes han cancelado planes de viaje y las fábricas lidian con cadenas de suministro incompletas a causa del brote de coronavirus. Si los empleadores respondieran recortando puestos de trabajo, el daño a la economía crecería significativamente.
Por ese motivo, una serie de barómetros en el mercado laboral serán los que proporcionen algunos de los signos más importantes sobre el estado de la economía en las próximas semanas y meses. Hasta ahora no han revelado un gran impacto.
Los despidos generalizados pueden convertir las desaceleraciones en uno o dos sectores — digamos, el de los viajes y el de la manufactura — en un desplome de grandes proporciones para la economía en general. Cuando los trabajadores pierden sus empleos y su sueldo, por lo general reducen sus gastos. Sus amigos y familiares que siguen trabajando se inquietan sobre su propia situación laboral y comienzan a ser más conscientes de sus gastos, un círculo que puede provocar incluso más recortes de empleos.
Los despidos “tienden a influir en otros” despidos, dijo Tara Sinclair, economista en el sitio web laboral Indeed. “Realmente nos preocupa que pudiera ocurrir esa espiral”.
El viernes, el gobierno publicará su informe laboral del mes de febrero, que posiblemente no refleje buena parte del daño causado por el virus. Los datos en el texto se recabaron principalmente en la segunda semana del mes, antes de que el virus comenzara a propagarse en Estados Unidos.
Los economistas han pronosticado que el informe de febrero demostrará que se sumaron 170.000 empleos y que la tasa de desocupación permaneció en un muy bajo 3,6%, según la proveedora de datos FactSet.
Mientras la cifra de nuevos puestos de trabajo aumente por encima de 100.000 al mes, la tasa de desempleo debería permanecer baja y la economía evitará un declive, señaló Mark Zandi, economista en jefe en Moody’s Analytics. Si la tasa mensual de incremento de empleos cayera por debajo de ese nivel por un periodo sostenido, probablemente la tasa de desocupación aumentaría.
“Una vez que la tasa de desempleo empieza a subir, es cuando surge realmente la amenaza de una recesión”, dijo Zandi.
Una regla general, desarrollada por Claudia Sahm, execonomista de la Reserva Federal, es que la probabilidad de una recesión surge una vez que el promedio de tres meses en la tasa de desempleo se incrementa por medio punto respecto a su nivel más bajo en el último año. Eso significa que si la tasa de desempleo supera el 4% durante un periodo de varios meses podría presentarse una crisis.
El mejor indicador del nivel de desocupación es el informe semanal del gobierno sobre las solicitudes de apoyos por desempleo, que sólo pueden pedir personas que perdieron su trabajo.
Los datos más recientes, difundidos el jueves, fueron alentadores: Mostraron que 3.000 personas menos solicitaron apoyos por desempleo, para un total de 216.000 en la semana que finalizó el 29 de febrero. Es prácticamente la misma cantidad que el promedio durante el último mes y se encuentra en un nivel histórico muy bajo.
“Si esto está convirtiéndose en una recesión, tendrá que haber despidos”, comentó Zandi.
Por el momento el mercado laboral luce resistente, de acuerdo a varios indicadores. Sinclair dijo que los datos de Indeed revelan que las compañías aún no reducen su número de vacantes, lo que demuestra que aún están dispuestas a contratar personal.
Y el miércoles, el procesador de nóminas ADP dijo que las empresas sumaron una sólida cantidad de 183.000 empleos durante el mes de febrero. Esa cifra, sin embargo, posiblemente fue impulsada por un inusual clima cálido que promovió las contrataciones en el sector de la construcción y en una categoría formada en su mayor parte por restaurantes y hoteles. AP