
Alejandro Werner, director del departamento del hemisferio occidental del FMI, escribió que la producción se vio afectada por un clima que impactó la actividad minera en Chile y la producción agrícola en Paraguay, y con una desaceleración de la actividad minera en Brasil tras el colapso de un dique.
Sobre México, Werner apuntó que una infraejecución del presupuesto, huelgas laborales y escasez de combustible lastraron el crecimiento económico a la baja.
La semana pasada, el FMI recortó su expectativa de crecimiento económico para América Latina en 2019 a 0,6%. Sólo tres meses antes, la estimación era de una expansión de 1,4%.
Brasil, que ahora se espera que crezca solo 0,8% desde la expectativa de 2,1% de abril, aceleraría a 2,4% en 2020 “suponiendo que se apruebe una reforma de pensiones sólida, que regrese la confianza, que la inversión se recupere y la política monetaria siga siendo expansiva”, según Werner.
Para México, que tendría un crecimiento de 0,9% en 2019, el pronóstico es que se acelere a 1,9% en 2020 “en la medida que las condiciones se normalicen”. El Fondo dijo que es clave para que México cumpla con su meta de déficit fiscal en 2019 y apruebe un presupuesto “prudente” para el próximo año.
La contracción económica de Argentina en 2019 se profundizaría a -1,3% desde -1,2%, pero el recorte más acusado se produjo en la estimación de 2020 que cayó a 1,1% desde 2,2%.
“Con una inflación que resulta ser más persistente, las tasas de interés reales deberán mantenerse más altas por más tiempo, lo que resultará en una revisión a la baja del crecimiento del PIB en 2020”, escribió Werner sobre Argentina.
El FMI dijo la semana pasada que, como región, esperaba que América Latina creciera 2,3% en 2020 desde una estimación previa de 2,4%. Reuters