
Esa fusión permitirá a inversionistas del mundo aprovechar las ventajas que concede la estabilidad y las continuas reformas económicas de China, además de contactar directamente a similares del país asiático.
De hecho podrán comprar fondos operados en las respectivas bolsas, mientras se beneficiarán las instituciones financieras de ambos países y otras partes del mundo con mayor acceso al mercado bursátil y a oportunidades de negocios.
El lunes pasado se oficializó la conexión del Shanghai Composite con la plaza de Londres, en lo que constituyó la primera de su tipo.
Un aspecto significativo de dichas acciones es que expanden la entrada de extranjeros al mercado de capitales de esta nación, el segundo mercado más grande del mundo con 33 billones de dólares en activos.
Ese tipo de uniones fue anunciado el año pasado por el presidente chino Xi Jinping como parte de un plan aperturista que busca facilitar negocios y captar inversiones foráneas en distintos sectores.
Destaca las rebajas de gravámenes, la mayor protección de los derechos de propiedad intelectual, más transparencia, competitividad, acceso a las industrias automotriz, aeronáutica y naval, y aumento en las importaciones de vehículos y bienes de alto consumo.
Además, el estado oriental eliminó los topes a la introducción de capital extranjero en el establecimiento de bancos comerciales para que firmas de otros países sean propietarias de hasta de 51 por ciento de acciones, ofrezcan servicios de arrendamiento y fideicomiso.
Expertos consideran las medidas una jugada maestra de Xi porque demuestra la imagen de un país sólido, capaz de sumar a otros a su propuesta alternativa de desarrollo y con un rumbo claro justo cuando enfrenta el proteccionismo y el unilateralismo pujan por ensombrecer las relaciones comerciales en el planeta. JIGH.INFO