CARACAS/VALENCIA (Reuters) - La estadounidense Kellogg dijo el martes que cesó sus operaciones en Venezuela y atribuyó la medida al deterioro de la situación económica y social en el país sudamericano, de acuerdo a un comunicado.
La salida de la compañía fabricante de alimentos tomó por sorpresa a los trabajadores y un grupo de ellos permanecía en las puertas de su unidad local a unos 100 kilómetros de la capital sin poder ingresar a las instalaciones, dijeron fuentes del sector industrial en la región.
La empresa, una de las pocas que seguía produciendo cajas de cereales en el país, dijo que la decisión es definitiva.
Ningún directivo de Kellogg había acudido a la planta hasta el mediodía del martes y según algunos empleados que aguardaban en la zona industrial de San Jacinto de Maracay, unos 380 trabajadores empezaban a recibir en sus cuentas bancarias el pago de la liquidación.
Un grupo de efectivos militares llegó al lugar para custodiar la única planta que Kellogg operaba en el país, informaron testigos.
“Ahora llegaron a la planta los (funcionarios de) entes competentes y vamos a seguir aquí”, dijo la tarde del martes un operador de máquinas que trabajó 26 años en Kellogg y prefirió mantener su nombre en reserva.
La unidad que el trabajador encontró cerrada esta mañana venía operando en tres turnos y dijo despachaba en los últimos meses solo cajas de Corn Flakes y Zucaritas.
Compañías como Clorox, Kimberly Clark y General Motors abandonaron el país en los últimos años de manera similar, agobiados por cinco años de recesión e hiperinflación.
“El deterioro de la situación económica y social en el país ha obligado a que la compañía detenga sus operaciones y salga”, apuntó la empresa estadounidense en su comunicado, sin precisar el número de empleados que quedaron cesantes.
“La distribución de los productos de Kellogg en Venezuela ha sido suspendida (...) a partir de ahora ningún producto Kellogg podrá ser comercializado en el país sin autorización expresa”, agregó la compañía.
Las autoridades venezolanas en el pasado han ocupado las fábricas que las compañías extranjeras dejan en el país para intentar que sigan produciendo con sus antiguos empleados.
La salida de Kellogg llega en medio de las tensiones que por meses persisten entre las empresas y el Gobierno, que intenta detener las subidas de precios, pero no vende tampoco divisas a tasa oficial a las firmas que producen a mínimos por falta de materiales o bajas ventas. Reuters