
Los sismos, que dejaron un saldo de 471 muertos, "hacen necesario revisar a la baja las previsiones de crecimiento para 2017", si bien sus consecuencias sobre la actividad económica "parecerían haber sido moderadas y transitorias", indicó el instituto emisor.
Al presentar su informe de la evolución económica del país de julio a septiembre pasado, Banxico destacó que "la capacidad productiva del país no presenta indicios de afectaciones significativas y se anticipa que se intensifiquen los esfuerzos de reconstrucción".
Así, el banco central mantuvo su pronóstico de crecimiento económico para 2018 respecto al informe previo, de entre 2,0 % y 3,0 %, en tanto que para 2019 prevé una tasa de expansión de entre 2,2 % y 3,2 %.
"Dicha previsión considera una contribución al crecimiento cada vez más notoria de las reformas estructurales, un efecto favorable de la consolidación de la recuperación de la actividad industrial en EE.UU. y un fortalecimiento del marco macroeconómico de México".
No obstante, el balance de riesgos para el crecimiento se ha deteriorado y se encuentra a la baja, sobre todo por la incertidumbre asociada a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Dicha incertidumbre ha mantenido "en niveles deprimidos la inversión y posiblemente es una de las causas de la desaceleración del consumo", agregó.
Sobre la inflación, Banxico anticipó que continúe la tendencia a la baja hasta regresar hacia finales del próximo año a la meta de 3,0 %.
La Junta de Gobierno "seguirá muy de cerca la evolución de todos los determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazo", y se logre la convergencia de esta a su objetivo.
En agosto pasado, un mesa antes de los terremotos, Banxico revisó al alza su previsión de crecimiento del PIB para 2017 y lo estableció en el rango de 2 % a 2,5 % gracias a una mejora del desempeño global y a un mercado interno flexible. EFE Banco de México