LONDRES (Reuters) - La tasa de desempleo de Reino Unido cayó inesperadamente en los tres meses previos a julio a su nivel más bajo desde 1975, aunque el crecimiento salarial se mostró aún más moderado de lo esperado, de acuerdo a cifras oficiales publicadas el miércoles.
Es probable que estos datos profundicen la división en el Banco de Inglaterra sobre cuál es el momento para elevar las tasas de interés y aumenten la presión sobre el gobierno de la primera ministra, Theresa May, para que relaje los límites en los salarios del sector público.
El número de personas con trabajo subió a un máximo de 32,136 millones ya que 181.000 personas encontraron empleo, el mayor aumento desde finales de 2015, contradiciendo otros indicios de crecimiento económico débil este año tras el voto del año pasado a favor del Brexit.
La rápida creación de puestos de trabajo llevó la tasa de desempleo al 4,3 por ciento, desde un 4,4 por ciento anterior.
Los salarios en los tres meses transcurridos hasta julio fueron un 2,1 por ciento más altos que el año anterior, prácticamente invariables respecto a los índices de crecimiento de los meses anteriores. Economistas consultados por Reuters habían pronosticado de media un aumento del 2,3 por ciento.
La libra cayó tras la publicación de estos datos ya que los mercados consideraron que la débil alza de los salarios reduce la posibilidad de que el Banco de Inglaterra adopte una posición más audaz el jueves.
"El retraso en los salarios hace más probable que el Banco de Inglaterra ponga atención a la inflación cuando decida sobre las tasas de interés esta semana", dijo Ed Monk de Fidelity International. "Los precios se están elevando por encima del objetivo, lo que favorece un alza de los tipos, pero los datos de hoy sobre los salarios sugieren que aún no es un buen momento para la economía", añadió.
El alza en la inflación del Reino Unido -que llegó a un 2,9 por ciento anual en agosto- es ampliamente provocada por la caída de la libra desde que el año pasado se aprobó el Brexit. Esto ha erosionado el poder de compra de las familias y llevó a una caída del consumo, el principal motor de la economía británica. Reuters