
El banco central subió el 30 de junio en medio punto porcentual su tasa clave de interés para evitar que la reciente depreciación del peso se traduzca en presiones inflacionarias, en medio de un deterioro de las condiciones externas.
"La política monetaria continuará actuando con oportunidad, flexibilidad y con la profundidad que las circunstancias lo vayan ameritando, ante cualquier factor que pueda poner en peligro la consolidación de la convergencia de la inflación al objetivo permanente de 3 por ciento", precisó el documento.