Shanghái (China), 25 mar (EFE).- Las bolsas chinas están viviendo su mejor momento en los últimos siete años, y los analistas prevén que la racha continúe, a pesar del pequeño respiro de hoy, cuando el índice de referencia de la Bolsa de Shanghái bajó un 0,83 %, en su primer cierre en negativo tras 10 días consecutivos de ganancias.
De hecho, desde el pasado viernes, el índice general de Shanghái se ubica ya en sus niveles más altos desde mayo de 2008, aunque ya en marzo de aquel año el indicador estaba ligeramente por debajo de sus valores actuales, pero también por encima de los 3.600 puntos.
Hoy, el índice shanghainés cerró en 3.660,73 puntos (30,68 enteros menos que ayer), pero este descenso, bastante esperable por una natural recogida de beneficios que debía ocurrir tarde o temprano, tras 10 jornadas seguidas al alza, no empaña la fuerte racha alcista que lo ha llevado hasta allí desde noviembre pasado.
Esta racha alcista ha venido impulsada por las declaraciones del primer ministro chino, Li Keqiang, en su rueda de prensa del pasado día 15 tras clausurar el pleno anual de las cámaras legislativa y consultiva.
Li dijo entonces que su Gobierno tiene "muchas" herramientas para incentivar la economía si es necesario, a pesar de que en sus dos primeros años de gobierno se había evitado ese paso, al que sí recurrió su predecesor, Wen Jiabao, en varias ocasiones, con fuertes inversiones estatales sobre todo en infraestructuras.
En ese sentido, dijo Li, "en los últimos años no hemos adoptado políticas de estímulo firmes a corto plazo, por lo que podemos decir que nuestro margen de maniobra es relativamente amplio", de modo que si la desaceleración del crecimiento económico sobrepasa un margen "razonable" y afecta al empleo, el Gobierno chino tomará "medidas de estabilización".
En las diez jornadas bursátiles hasta el pasado martes, el índice referencial de Shanghái se disparó un 9,25 por ciento, y los analistas coinciden de forma generalizada en que la tendencia se va a mantener, ya que interpretan que el Gobierno de Pekín intervendrá si es necesario para mantener el nivel de crecimiento.
Esta racha "se debe sin duda a lo que dijo Li... ya que el mercado bursátil es un termómetro de la percepción de los inversores sobre el futuro, y sus palabras dieron confianza en ese sentido", explicó a Efe una analista de bolsa de la gestora de activos Huarong que pidió ser identificada solo por su apellido, Lu.
"Puede que a corto plazo veamos bastantes pequeños altibajos, pero creo que esta tendencia alcista es a largo plazo, porque el mercado últimamente se ha estado desarrollando de manera muy positiva", añadió, por lo que es probable que siga creciendo durante los próximos meses, y superará seguramente los 4.000 puntos, estimó.
Las palabras de Li reforzaron el optimismo que hace cuatro meses se adueño de los inversores, en unos mercados que figuran tradicionalmente entre los más volátiles y sensibles a los rumores del planeta por la gran cantidad de inversores individuales sin apenas conocimientos bursátiles.
Coincidiendo con una nueva inyección de capital por parte del banco central en el sistema financiero, el 17 de noviembre empezó a funcionar un mecanismo de vinculación parcial, mediante cuotas, entre los parqués de Shanghái y Hong Kong, lo que empezó a crear una inercia positiva que hizo remontar a Shanghái cientos de puntos.
Aquello permitió al indicador superar en diciembre, por primera vez desde 2011, la barrera psicológica de los 3.000 puntos, marcada como límite de riesgo por los analistas al inicio de la crisis, en 2008, y terminar así el año con un fuerte aumento del 51,79 por ciento.
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