
El Gobierno japonés aumentó el impuesto a las ventas a nivel nacional del 8% al 10% el 1 de octubre, en un intento de corregir la deuda pública del país, la mayor del mundo industrial, equivalente a dos veces su producto interior bruto.
Algunos analistas han advertido que la subida de impuestos, que se había pospuesto dos veces, podría dejar a la economía sin un importante motor de crecimiento en un contexto de caída de las exportaciones y la producción, y con otros lastres para el sector de consumo.
Las ventas al por menor cayeron un 7,1% en octubre con respecto al año anterior, debido a la débil demanda de artículos de gran valor, como automóviles y electrodomésticos, así como ropa, según los datos del Ministerio de Comercio, y los grandes almacenes se vieron especialmente afectados.
La caída fue la mayor desde una caída del 9,7% en marzo de 2015 y peor que la caída del 4,4% prevista por los economistas en una encuesta de Reuters. Reuters