BUENOS AIRES (Reuters) - El presidente Mauricio Macri conversó el miércoles con el líder opositor Alberto Fernández, quien se comprometió a llevar calma a los mercados financieros tras el desplome que sufrieron por la derrota electoral del Gobierno en las primarias del domingo.
La aplastante victoria de la oposición de centroizquierda en las elecciones internas dejó a Macri, el candidato favorito de los mercados, con pocas chances de ser reelecto y desencadenó un derrumbe de la confianza de los inversores y de la moneda local, lo que podría acelerar una inflación ya altísima.
El diálogo de Macri con Fernández podría tranquilizar un poco a los mercados, que temen por la gobernabilidad de Argentina en los próximos meses, ya que las elecciones presidenciales se disputarán en octubre y el próximo mandatario asumirá recién en diciembre.
“Todos queremos que la economía se estabilice”, dijo Fernández durante una conferencia de prensa en la que confirmó un diálogo telefónico cordial con Macri, quien había adelantado la noticia a través de un tuit.
En busca de retomar la iniciativa política, Macri anunció por la mañana varias medidas para aligerar el impacto social que tendrá el hundimiento de los mercados, pero no tuvieron acogida favorable ni en los mercados ni entre los propios argentinos.
“Yo le ruego (a Macri) que por la gravedad de la situación hoy prime la condición de presidente (a la de candidato), porque el riesgo es muy grande. El riesgo es además que nos quedemos sin reservas, que el Fondo (Monetario Internacional) nos termine dando la espalda”, había dicho más temprano Fernández en una entrevista con El Destape Radio.
El peso argentino cayó el miércoles un 7,14% a 60,20 unidades por dólar, pese a que el banco central vendió 248 millones de dólares para apaciguar a la demanda, y acumuló un derrumbe de casi el 25% en lo que va de la semana.
El riesgo país subía 214 unidades a 1.955 puntos básicos y la bolsa de Buenos Aires cayó un 1,86%, tras subir un 10,6% en la víspera y desplomarse un histórico 37% el lunes.
El mandatario dijo que recortará el impuesto a las ganancias personales, aumentará los subsidios para los pobres y congelará el precio de los combustibles por 90 días, entre otras medidas.
“Son medidas que van a traer alivio a 17 millones de trabajadores y sus familias”, dijo Macri en un mensaje grabado.
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El ministro de Producción, Dante Sica, dijo a periodistas que el Gobierno aún está analizando cómo aplicar muchas de estas medidas -algunas de ellas deberían ser aprobadas por el Congreso- y que no descarta nuevos anuncios.
TARDÍO Y REDUCIDO ALIVIO
En medio del caos que produjo la depreciación del peso, muchos fabricantes y proveedores de bienes retrasaban sus envíos a los comercios minoristas mientras recalculaban sus precios, lo que podría afectar el abastecimiento en los próximos días.
Para dinamizar el mercado doméstico, el Gobierno subirá un 20% el piso a partir del cual los empleados pagan el impuesto a las ganancias, dará dos pagos extra -hasta las elecciones generales de octubre- a las familias que cobran el subsidio por pobreza y devolverá impuestos a trabajadores.
“El presidente intenta mover el consumo y eso no está mal. Lo que pasa es que mover el consumo de este modo es riesgoso”, dijo Fernández en la misma entrevista radial.
El conjunto de medidas, que tendrá un costo fiscal de 40.000 millones de pesos (678 millones de dólares), busca mantener las probabilidades del presidente de cara a las elecciones generales de octubre.
“Me parece insuficiente y tardío (el anuncio de Macri). A mí no me gusta nada el manejo que tuvo con la economía el presidente, y creo que esto es un parche de último momento”, dijo a Reuters Carlos Rivas, profesor universitario de 72 años.
El Frente de Todos, del opositor de centroizquierda Alberto Fernández, consiguió el domingo el 47,7% de los votos, contra el 32,1% de Juntos por el Cambio, la coalición de Macri.
Si bien las primarias fueron una formalidad porque los candidatos ya habían sido consensuados internamente por los partidos, funcionaron como un preciso sondeo de lo que podría suceder en las elecciones presidenciales de octubre.
Con las cifras que obtuvo, el peronista Fernández -que es secundado en la fórmula por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner- ganaría los comicios en primera vuelta, lo que despertó en los inversores el temor a que el Estado vuelva a aplicar amplias regulaciones sobre la economía.
Fernández dijo que su propuesta económica “no supone ni riesgo de default ni riesgo de no pagar la deuda ni desconocer obligaciones que el Estado ha contraído”.
Pero incluso esas palabras no evitarían que los mercados sigan a la baja.
“A menos que haya evidencia de que Macri está empezando a mejorar en las encuestas, los mercados de activos de Argentina se mantendrán bajo presión”, dijo Ilya Gofshteyn, estratega de mercados emergentes de Standard Chartered Bank, en Nueva York. Reuters