París, 2 jul. (EFE).- La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, se mostró hoy "honrada" por haber sido nominada para presidir el Banco Central Europeo (BCE) y anunció su "renuncia temporal" al frente de la institución financiera internacional que encabeza desde 2011.
Lagarde se convierte así en la aspirante a sustituir a Mario Draghi a la cabeza del BCE a partir del próximo 31 de octubre, cuando termina el mandato de ocho años del economista italiano.
Lagarde se convierte así en la aspirante a sustituir a Mario Draghi a la cabeza del BCE a partir del próximo 31 de octubre, cuando termina el mandato de ocho años del economista italiano.
La exministra francesa Christine Lagarde, gran conocedora del mundo de los negocios en Estados Unidos por su experiencia profesional y del sistema financiero internacional como directora del FMI en los últimos ocho años, será la próxima presidenta del Banco Central Europeo (BCE).
Lagarde, liberal convencida se convirtió en 2011 en la primera mujer al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI) al sustituir a Dominique Strauss-Kahn, otro antiguo ministro francés que tuvo que dimitir enfangado en un escándalo sexual, y será de nuevo pionera reemplazando al italiano Mario Draghi en el BCE.
Una institución en la que por ahora sólo hay dos mujeres entre los 25 integrantes de su órgano máximo, el consejo de gobernadores.
Nació hace 63 años en París y estudio Derecho y Ciencias Políticas.
Empezó a dedicarse a la abogacía en la capital francesa en 1981 contratada por Baker McKenzie. En esa firma internacional trabajó como especialista en cuestiones laborales, de competencia y de fusiones y adquisiciones.
Fue escalando en la jerarquía ya instalada en Estados Unidos: entró en 1995 en el comité ejecutivo de este bufete estadounidense, cuatro años después pasó a ser su presidenta y en 2004 responsable del comité estratégico.
En junio de 2005 dejó la empresa privada para entrar en el Gobierno del conservador francés Nicolas Sarkozy, primero en la cartera del Comercio Exterior y dos años después como ministra de Economía y Finanzas.
Como responsable francesa de Finanzas -era la primera mujer en ese puesto- presidió el Ecofin en el segundo semestre de 2008 y luego el G20 durante la presidencia de su país en 2011.
Para evitar que Francia perdiera un puesto internacional tan relevante como el de director del FMI ante el escándalo de Strauss-Kahn, Sarkozy la propulsó para reemplazarlo en julio de ese año y desde entonces pocos son los que han lamentado públicamente su decisión.
Cuando terminó su primer mandato cinco años después, tras haber intervenido en primera línea en la gestión de las crisis de la deuda en la zona euro, fue reelegida por consenso, sin que ningún otro candidato se hubiera presentado.
No fue siquiera un obstáculo el hecho de que unos meses después tuviera que sentarse en el banquillo en Francia por su responsabilidad como ministra en 2008 en la atribución de una indemnización multimillonaria al controvertido empresario Bernard Tapie.
Precisamente ese juicio a finales de 2016, con una peculiar condena por negligencia, pero exenta de pena, es la principal mancha de su biografía pública.
Los magistrados del Tribunal de Justicia de la República, una instancia especial para juzgar a miembros del gobierno o exministros por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones, decidieron no imponerle ninguna sanción teniendo en cuenta su "personalidad" y su "reputación internacional".
"Estoy honrada de haber sido nominada para la presidencia del BCE. A la luz de ello, y tras mantener consultas con el Comité de Ética de la Junta Ejecutiva del FMI, he decido renunciar temporalmente a mis responsabilidades como directora gerente del FMI durante el periodo de nominación", escribió la política en su perfil de la red social Twitter.
Aunque la presidencia del Banco Central Europeo es un puesto más técnico que político, los líderes la han incluido en el paquete de los principales cargos de la Unión Europea que se deben renovar y que los mandatarios han pactado hoy.
Para que Lagarde se convierta de forma efectiva en la primera mujer presidenta del BCE, el Consejo de la UE (los ministros de los Estados miembros) debe dar su visto bueno. También se deben mantener consultas con la Eurocámara y el Consejo de Gobierno del BCE (compuesto por los seis miembros del Consejo Ejecutivo y los gobernadores de los banco centrales de los diecinueve países del euro).
Tras ese proceso, los líderes de la UE podrán designarla oficial y definitivamente como presidenta del BCE.
El nombre de Lagarde había sonado para presidir la Comisión Europea o el Banco Central Europeo durante los últimos meses, pero el pasado 13 de junio argumentó que ya tenía un "mandato" en el FMI, cuando fue preguntada sobre si asumiría uno de los altos cargos institucionales de la Unión Europea.
"Me siento honrada de formar parte a veces de este 'mercato' europeo, pero tengo una misión, una función y un mandato, así que cumplo mi misión y efectúo mi mandato", afirmó durante una rueda de prensa al margen del Eurogrupo que se celebraba en Luxemburgo. BCE
"Estoy honrada de haber sido nominada para la presidencia del BCE. A la luz de ello, y tras mantener consultas con el Comité de Ética de la Junta Ejecutiva del FMI, he decido renunciar temporalmente a mis responsabilidades como directora gerente del FMI durante el periodo de nominación", escribió la política en su perfil de la red social Twitter.
Aunque la presidencia del Banco Central Europeo es un puesto más técnico que político, los líderes la han incluido en el paquete de los principales cargos de la Unión Europea que se deben renovar y que los mandatarios han pactado hoy.
Para que Lagarde se convierta de forma efectiva en la primera mujer presidenta del BCE, el Consejo de la UE (los ministros de los Estados miembros) debe dar su visto bueno. También se deben mantener consultas con la Eurocámara y el Consejo de Gobierno del BCE (compuesto por los seis miembros del Consejo Ejecutivo y los gobernadores de los banco centrales de los diecinueve países del euro).
Tras ese proceso, los líderes de la UE podrán designarla oficial y definitivamente como presidenta del BCE.
El nombre de Lagarde había sonado para presidir la Comisión Europea o el Banco Central Europeo durante los últimos meses, pero el pasado 13 de junio argumentó que ya tenía un "mandato" en el FMI, cuando fue preguntada sobre si asumiría uno de los altos cargos institucionales de la Unión Europea.
"Me siento honrada de formar parte a veces de este 'mercato' europeo, pero tengo una misión, una función y un mandato, así que cumplo mi misión y efectúo mi mandato", afirmó durante una rueda de prensa al margen del Eurogrupo que se celebraba en Luxemburgo. BCE