
Los bancos centrales de todo el mundo enfrentan crecientes pedidos de los líderes políticos de un relajamiento de las condiciones monetarias que se adapten a las agendas oficiales.
Mientras, los rendimientos de los bonos han caído recientemente ante la debilidad de los datos económicos, lo que presiona a los bancos centrales a nuevos y drásticos estímulos monetarios para evitar que las expectativas de inflación se desplomen.
“Tomamos en cuenta las indicaciones del mercado, pero no debemos depender del mercado”, dijo Villeroy en una conferencia en el banco central francés, del que también es gobernador.
“Dependemos de los datos y lo digo en particular para el BCE: en nuestras próximas reuniones del Consejo, evaluaremos los datos económicos actuales y actuaremos en consecuencia cuando sea necesario”, agregó.
Un indicador clave de las expectativas a largo plazo de los mercados para la inflación en la zona euro recientemente cayó hasta un 1,1%. Aunque luego subió a un 1,3%, no solo está muy por debajo de la meta de inflación del BCE de cerca del 2%, sino que también es inferior al nivel en que se encontraba el banco central cuando lanzó su programa de compra de bonos en 2015.
Villeroy dijo que lamentaba tener que subrayar la importancia de la independencia de los bancos centrales, la base de la política monetaria moderna, cada vez más atacada por el presidente Donald Trump en Estados Unidos y por los políticos en Italia. También rechazó las acusaciones de que los principales bancos centrales han tratado de manipular los tipos de cambio.
“Las políticas monetarias en las principales economías avanzadas se guían por su único mandato interno: estabilidad de precios y gestión de la demanda contracíclica. No apuntan a los tipos de cambio”, señaló. Reuters