lunes, 18 de marzo de 2019

Reacciones encontradas ante la posible fusión de los grandes bancos alemanes

Berlín, 18 mar (EFE).- Las negociaciones de fusión entre el Deutsche Bank y el Commerzbank han generado reacciones encontradas y, mientras la cotización de los dos bancos subía hoy en la bolsa, los representantes de los trabajadores expresaban su temor a la pérdida de puestos de trabajo.

La acción del Deutsche Bank había subido un 4,17 % a las 13:38 GMT y la del Commerzbank incluso un 6,6 %. Los defensores de la fusión, además, apuntan a la conveniencia de la misma para evitar que una de las dos entidades sea absorbida por un banco extranjero.

Los críticos responden diciendo que el banco resultante de una fusión también podría ser absorbido y recuerdan que a los largo de 2018 las dos entidades perdieron cerca de la mitad de su valor bursátil.

Por otro lado, los sindicatos advierten del peligro de destrucción de entre 10.000 y 30.000 puestos de trabajo. El presidente de la Asociación para la Protección de Accionistas, Klaus Niedy, habla incluso de que la fusión podría llevar a la eliminación de 50.000 empleos, lo que equivale a la tercera parte de las dos plantillas sumadas.

No obstante, el temor a recortes de plantilla no es el único punto que abordan los críticos de una posible fusión.

Algunos señalan que una de las lesiones de la crisis de 2008, como lo dijo en su momento la canciller Angela Merkel, era que se debía evitar que un banco fuera tan grande que, en caso de entrar en problemas financieros, el Estado se viese obligado a rescatarlo con dineros del fisco.

Además, muchos consideran que, en el caso de una fusión, el nuevo banco no sería lo suficientemente grande como para tener un peso específico internacional, aunque sí para generar problemas de estabilidad en el sector en Alemania.

La mayoría de los medios de comunicación alemanes dan por hecho que los grandes impulsores del comienzo de las negociaciones fueron el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, y su secretario de Estado, Jörg Kukies.

Scholz había dicho que sería deseable que existiese otra vez un banco alemán de peso internacional y, aún antes de que se hiciera oficial el comienzo de negociaciones, había revelado que entre los dos entes había conversaciones informales.

Sin embargo, una vez que se conoció el inició de las conversaciones, el Gobierno se ha esforzado por mantenerse al margen.

"Se trata de la decisión de dos entidades privadas de empezar negociaciones de fusión, y nosotros tomamos nota de ello", dijo este lunes el portavoz del Ministerio de Finanzas. Jörg Hebestreit.

A partir de esa declaración, tanto Hebestreit, como el portavoz del Gobierno, Stefen Seibert, eludieron responder sobre si el Gobierno había olvidado las lecciones de la crisis de 2008.

Sin embargo, posteriormente Scholz volvió a la carga y, durante un foro celebrado en Berlín, rechazó que la fusión pueda traer riesgos para la estabilidad financiera en Alemania.

"Es un error de perspectiva. Tenemos que abordarlo desde el punto de vista de toda la UE", aseguró.

El bloque, agregó el ministro, puso en marcha varios instrumentos financieros a raíz de la crisis de la deuda para evitar fallos en la estabilidad, como el mecanismo único de resolución bancaria, y es en la actualidad mucho más seguro que entonces.

Por otra parte, además de esas dos preocupaciones, la del recorte de plantilla y la de que se generen riesgos de estabilidad, hay dudas acerca del sentido estrictamente empresarial de la fusión.

Según los medios de comunicación, dos de los grandes accionistas del Deutsche Bank, el gestor de activos estadounidense Blackrock y la familia qatarí Al Thani, son por ello escépticos ante los planes de fusión.

El presidente del Deutsche Bank, Christian Sewing, advirtió ya en el comunicado en que dio a conocer las conversaciones que éstas estaban abiertas a cualquier resultado y que el inicio de las mismas no permitían hablar de una fusión inminente.

"La experiencia muestra que puede haber razones económicas y técnicas para rechazar la fusión", señaló Sewing. efe