
* La Reserva Federal señaló la semana pasada que no subirá las tasas de interés en 2019, terminando con un ciclo de endurecimiento monetario que la llevó a subir el costo del crédito cuatro ocasiones el año pasado.
* La decisión se basó principalmente en señales de una desaceleración de la economía. Y el jueves, la tercera revisión del crecimiento del Producto Interno Bruto del cuarto trimestre para Estados Unidos le dio la razón.
* La mayor economía del mundo se desaceleró más de lo pensado entre octubre y diciembre, lo que mantuvo el crecimiento por debajo de la meta anual de 3 por ciento del Gobierno, según datos del Departamento del Comercio.
* El Banco Central Europeo ya anunció también que sería más paciente en realizar su primera alza de tasas de interés después de la crisis.
* Se espera tener más claridad tras la publicación el viernes de la semana próximas de las nóminas no agrícolas de marzo en Estados Unidos, y de sondeos de PMI manufactureros de marzo a nivel global que se divulgarán el lunes.
* Otro aspecto que tiene nerviosos a los inversores es la inversión de la curva de rendimientos de los papeles a tres meses y 10 años del Tesoro estadounidense, que el jueves se mantuvo en seis puntos básicos. Si el movimiento persiste podría señalar la probabilidad de una recesión en uno o dos años.
* A todo eso se suman los problemas de Reino Unido para sellar su salida de la Unión Europea. Los vaivenes del Brexit hacen temer a muchos inversores de que se pueda dar un divorcio desordenado que descarrile a los mercados.
* Un punto positivo, y no menor, podrían ser los avances que se puedan lograr en las conversaciones comerciales de funcionarios estadounidenses y chinos esta semana en Pekín. La expectativa es un avance hacia el cierre de una guerra comercial que ha estado detrás de la desaceleración económica mundial. Reuters