miércoles, 30 de enero de 2019

La economía francesa ralentizó su crecimiento en 2018 y se situó en un 1,5 %

París, 30 ene (EFE).- La economía francesa ralentizó su ritmo de crecimiento en 2018 al situarse en un 1,5 % después de avanzar un 2,3 % en 2017, y un cuarto trimestre en el que se dejaron sentir los efectos negativos de la crisis de los "chalecos amarillos".

Esa crisis se hizo notar sobre todo en el consumo privado, que permaneció estancado entre octubre y diciembre, cuando había progresado un 0,4 % en los tres meses precedentes, señaló el Instituto Nacional de Estadística (INSEE) en un comunicado.

Si se examina en detalle, hubo una caída del 0,7 % del consumo de bienes (tras una subida de un 0,3 % en el tercer trimestre), mientras que el de servicios continuó con su dinámica claramente positiva (un 0,5 % tras un 0,4 %).

El descenso fue particularmente marcado en los bienes fabricados (bojó un 1,2 % tras subir un 0,6 %) por efecto del bajón del mercado automovilístico con la aplicación de las nuevas normas de emisiones y, en menor medida, en la energía (bajó un 0,4 %, tras caer un 0,1 %).

Por el lado de la producción, siguió ascendiendo en el cuarto trimestre pero a una cadencia inferior (un 0,4 % después de un 0,5 %), tras una ralentización visible en la industria manufacturera (un 0,1 % tras un 0,6 %).

Ahí pesó, sobre todo, el descalabro de la producción en las refinerías (cayó un 5,5 %, tras subir un 11,1 %), de acuerdo con el INSEE por las protestas sociales.

El producto interior bruto (PIB) del cuarto trimestre, en cualquier caso, progresó al mismo ritmo que el del tercero (un 0,3 %), gracias a que el comercio exterior compensó la menor contribución al crecimiento de la demanda interna.

El saldo exterior aportó dos décimas al PIB trimestral, debido al efecto combinado de una recuperación de las importaciones (un 1,6 % tras bajar un 0,7 %) y a una aceleración de las exportaciones (un 2,4 % tras un 0,2 %).

La expansión de la inversión, en la línea del consumo, también sufrió un frenazo considerable, ya que pasó de un ritmo de subida del 1 % entre julio y septiembre al 0,2 % entre octubre y diciembre.

Al final, la demanda interior aportó una décima al PIB del cuarto trimestre, cuando había supuesto cinco décimas en los tres meses precedentes.

El Gobierno había estimado que la crisis de los "chalecos amarillos" iba a restar una décima al PIB del cuarto trimestre, un efecto concentrado sobre todo en la actividad comercial, en el turismo y en los restaurantes.

En el conjunto del año, el consumo privado subió un 0,8 %, tres décimas menos que en 2017 y la inversión un 2,9 %, frente al 4,7 % en el ejercicio anterior.

La demanda interior globalmente aportó 1,4 puntos al PIB de 2018, seis décimas menos que en 2017, mientras que el comercio exterior contribuyó con seis décimas, cinco más. Las variaciones de existencias, por su parte, restaron cuatro décimas, cuando habían sumado dos el ejercicio precedente. EFE