
Desde el pasado enero, el precio de este metal precioso ha trazado una tendencia alcista, equiparable a la que ya experimentó en 1986, gracias a factores como la recuperación de la economía estadounidense y la fortaleza del dólar norteamericano, según los analistas.
La onza al contado se pagaba a 1.276,38 dólares el pasado 8 de marzo, el pico más alto alcanzado en los primeros tres meses del año y se situaba en 1.239,19 dólares el 29 de marzo, según la tabla del London Bullion Market Association.
Los expertos han coincidido en que gran parte de esa notable y repentina subida trimestral se ha registrado durante las primeras seis semanas de año al tiempo que, por el contrario, otros mercados lidiaban con la volatilidad originada por el aumento de los tipos de interés de la Reserva Federal (Fed) de EEUU, anunciado el pasado diciembre.
La Fed cumplió entonces con sus pronósticos y acordó la primera subida de tipos de interés en ese país en casi diez años, al situarlos entre 0,25 % y 0,50 %, a la vez que remarcó que el futuro proceso de ajuste monetario sería "gradual".
La incertidumbre que planea desde hace semanas sobre los precios del petróleo también ha contribuido a que el oro se perciba como un valor refugio entre los inversores, de acuerdo con los analistas.
Otros elementos que afectan al precio de ese metal incluyen la incertidumbre política creada por el actual debate en el Reino Unido sobre si este país permanecerá o abandonará la Unión Europea (UE) en el referéndum del 23 de junio.
En EEUU, la popularidad de los candidatos presidenciales Donald Trump y Bernie Sanders plantea incógnitas sobre el futuro de la política de ese país y esto se percibe, también, como otro factor que afecta al coste del oro. EFECOM El oro