AT&T hizo una llamada a México, y podría ser el comienzo de una comunicación de largo aliento.
Su prevista compra de Iusacell debería ayudarla a ahorrar en recargos por llamadas entre México y Estados Unidos y podría ser una fuente de crecimiento a medida que los clientes del operador celular mexicano cambian sus teléfonos por smartphones y planes con muchos datos.
Pero el acuerdo de US$2.500 millones, incluyendo deuda, no impactará en los resultados del gigante estadounidense de telecomunicaciones, al menos no por el momento.
Iusacell podría ser apenas el primer paso de AT&T en el mercado celular mexicano, que podría continuar con una compra de mayor envergadura de negocios celulares deAmérica Móvil. El operador ligado a Carlos Slim está vendiendo activos, que podrían valer más de US$15.000 millones, para evitar multas antimonopolio de los reguladores debido a su posición dominante en el mercado.
Para AT&T, que también será dueña de una parte del negocio de televisión por satélite en México una vez que se cierre su compra de DirecTV, una mayor expansión en México sería señal de los retos que enfrenta en EE.UU. y una apuesta al crecimiento de la economía mexicana. Junto con una mayor presencia en América Latina a través de DirecTV, también podría cambiar la percepción de los inversionistas de AT&T, que es en gran parte visto como un operador celular estadounidense.
Se prevé que las ventas de AT&T aumenten 2,9% en 2014, una mejora frente al alza de 1% registrada el año pasado. Pero no se anticipa que esas ventas adicionales sean muy rentables: los analistas proyectan que las ganancias de AT&T antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización se mantendrán prácticamente iguales este año.
Eso refleja una mayor competencia en el mercado inalámbrico estadounidense, instigada por T-Mobile US e intensificada por las tentadoras tarifas de Sprint.
Al mismo tiempo, los reguladores estadounidenses han sido firmes en su oposición a una consolidación a gran escala desde que rechazaron la oferta de AT&T por T-Mobile en 2011.
Con esa referencia, México luce más apetecible. Ese mercado se encuentra en una etapa más temprana de la conversión de los teléfonos básicos a los smartphones y a los planes de datos más caros que vienen con este cambio. La participación de los teléfonos inteligentes es de 28,4% allí, frente a 51,4% en EE.UU., según eMarketer.
La firma de investigación prevé que el nivel de México alcance 50,4% para 2018, mientras que se espera que EE.UU. trepe a 66,9%. Eso sugiere que hay margen para crecer. AT&T también podría combinar el servicio celular con servicio de TV a través de la operación conjunta de DirecTV con Grupo Televisa.
Por supuesto, los inversionistas de AT&T tendrán que sentirse cómodos con la exposición a las fluctuaciones de la economía, la moneda y el panorama competitivo de México.
También deben tener esperanza de que AT&T será capaz de expandirse en el país sin pagar de más. La empresa recortó sus proyecciones de gastos de capital de 2015 en US$3.000 millones, a US$18.000 millones, con lo que calmó las preocupaciones de que su dividendo parecía vulnerable. Pero probablemente tendrá que emitir deuda para financiar las compras de espectro inalámbrico, que podrían costar entre US$10.000 millones y US$15.000 millones. Se prevé que complete estas compras en los próximos 12 a 18 meses como parte de licitaciones del gobierno.
La compra de los activos de América Móvil podría poner presión sobre la calificación de crédito de AT&T, dependiendo del flujo de caja que aporte. De todos modos, en la búsqueda del crecimiento por parte de la empresa, México tal vez siga siendo el negocio más sabroso.